Juntas de Extinción de Animales Dañinos


Hasta ahora he procurado que las entradas sean cortas para que no se hagan muy  pesadas, sin embargo, esta es un poquito más larga pero seguro que os resulta sorprendente e incluso aberrante en algunos casos como me paso a mí a medida que iba recopilando información.

Esta entrada  tuvo su origen hace unos días, cuando en  una de mis jornadas de campo, me encontré con dos chicos jóvenes que prismáticos en mano y buen catalejo observaban un fondo de valle. Me acerqué a ellos y les dije si habían visto algún corzo (lo normal para esa zona). Uno de ellos me respondió que no miraban los corzos que estaban observando una buitrera en la lejanía.  Les expliqué por donde podrían acercarse un poco más para verlos mejor  ya que con 60 aumentos de swaroski los buitres se veían como gorriones. Me respondieron  que no querían acercarse más por si les molestaban. 

Joder, soy el primero que fomenta la educación ambiental, el respeto por el medio ambiente y la conservación pero es que en este país de “pandereta” hemos pasado en muy pocos años de que el profesor te diera un sopapo y si llegabas a casa y se lo decías a tu padre te daba otro, a que sea el alumno el que de “de hostias” al profesor, lo grabe con el móvil y encima al llegar a casa vaya el padre a denunciarle porque tenía mania a su hijo. Y es que, ni lo de antes ni lo de ahora. 

Lo que hoy es considerado poco menos que  atentado medioambiental son auténticas nimiedades  si tenemos en cuenta las BARBARIDADES  que hicimos en la década de los cincuenta  y es que por entonces existían  las llamadas  Juntas de Extinción de Animales Dañinos (la verdad es que hasta el nombre asusta, ni siquiera se podían haberlas  llamado juntas de control sino que fueron de extinción). Para los que no tenéis constancia de ellas, y de lo que sucedió hace tan sólo 60 años en nuestro país, os cuento alguna cosilla.

Las juntas de extinción surgieron el año 1953 y aunque el decreto 11 de agosto de 1953 exigía que en todas las provincias debía constituirse una, tan sólo fueron efectivas en veinte (Ávila , Badajoz, Cáceres, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca ,Granada, Guadalajara, Huesca ,León, Jaén, Lugo , Madrid, Oviedo, Palencia, Salamanca, Soria, Santander, Toledo y Teruel). No todas se crearon de forma simultánea si no que en el momento de la derogación de la ley en el año 1961 estaban en formación las de Tarragona, Valladolid y Alicante. No obstante en Santander y en Asturias desde el año 1944 y 1947 respectivamente venían funcionando sendas juntas de Extinción  “pero a la española”, vamos, que no hay muchos datos de sus capturas hasta el año 1953 que surge el decreto. Las juntas de extinción funcionaron como tales hasta el año 1961 en el que sus funciones pasan a ser asumidas por los Gobiernos Civiles hasta el año 1971, década en la que previa concesión administrativa todavía se seguía permitiendo el uso de lazos y venenos.
Las “malditas” Juntas de Extinción no se ceñían a un listado específico de especies si no que básicamente incluían todo lo que no era cinegético y en grupos difusos y nada técnicos.
De forma oficial las juntas de extinción masacraron  unos  655.000 animales  teniendo en cuenta que estos fueron los justificados ante las juntas Locales y Comarcales bien fuera presentando patas, picos o garras y así justificar su muerte y cobrar el premio al que tenían derecho. Pero  debido a la muerte por causa de los venenos se cree que de forma indirecta pudieron llegar a morir  alrededor de 4 millones de animales.
Surge la figura del “alimañero” amparado por una  ley que facilitaba de todo tipo de medios para la captura de alimañas (cepos, lazos, venenos y cualquier artificio que el ingenio de la época pudiera fabricar). Del mismo modo cada pieza cazada tenía su recompensa en concepto de premio y  remuneración económica.


Cito de forma textual  los párrafos más llamativos del folleto informativo de control de animales dañinos .Años 1953 a 1961.


LA LUCHA CONTRA LAS ALIMAÑAS
…Actualmente se utilizan dos métodos de lucha contra las alimañas: uno directo, que persigue la muerte de la alimaña, y otro indirecto, que tiende a proteger en mayor medida las especies que deseamos conservar. El control directo, es un arte peligroso y de uso difícil; su empleo resulta justificado cuando los predactores están causando estragos apreciables, y solamente cuando el animal productor del daño puede ser identificado y muerto.

…el control de las alimañas por muerte selectiva es asunto para manos especialistas dirigidas por mentes que tengan un exacto conocimiento de las relaciones ecológicas que ligan al animal presa y al animal predactor.

…solamente cuando los predactores se vuelven contra el cazador destruyendo sus piezas predilectas, será llegado el momento de cancelar el seguro y aniquilar el animal nocivo.

Decreto de 11 de agosto de 1953 por el que se declara obligatoria la organización de las Juntas Provinciales De extinción de Animales Dañinos y Protección a la Caza. Resalto lo más sorprendente y cito de forma textual:

Artículo Primero.-Se podrá declarar obligatoria la constitución, en cada provincia, de Juntas de Extinción de Animales dañinos y protección a la caza.


Artículo segundo.- Serán fines de las citadas Juntas:
c) Procurar el suministro y distribución de venenos, lazos y demás medios de extinción.
d) Premiar a los alimañeros y a cuantos demuestren de modo fehaciente su aportación en la lucha contra los animales dañinos.
e) Indemnizar en los casos comprobados los daños producidos por las alimañas y en los que alude el artículo cuarto de la Orden de treinta de octubre de mil novecientos cincuenta y dos a los perjudicados por especies sujetas a protección especial.

Este último apartado hace referencia al oso, especie sujeta a protección especial y que se prohibió su caza durante cinco años. En cualquier caso era algo ridículo puesto que se prohíbe cazarlo pero se permite sembrar el monte de venenos, cepos y  lazos. Vamos que si caía, pues nada, mala suerte y a seguir poniendo veneno.
A continuación os muestro una foto de la ficha estadística que ofrecía a modo de resumen el folleto informativo. Estos son los datos oficiales de la época sacados del original y desglosado por especies. Es doloroso y lamentable pero forma parte de nuestra memoria histórica, de nuestra crónica más negra en cuestión de conservación y creo merece la pena recordarlo para que no se vuelva a repetir.



Antes de nada una reseña a una especie que actualmente está en peligro de extinción y que por entonces se intentaba salvaguardar de las alimañas. El urogallo se consideraba especie cinegética y en antiguos libros de cocina de la montaña leonesa existen recetas como “urogallo a la tolibiana” haciendo mención a los gallos precedentes del cantadero del Pinar de Tolibia.

Es paradójico que el urogallo se intentaba proteger de las “alimañas” pero nadie se percato que una de las alimañas para él fue el hombre. Como curiosidad, es reseñable que en los planes de aprovechamiento cinegético  de las Reservas y Cotos Nacionales  de España del año 1973 se abatieron solamente en ese año 42 urogallos (se supone que machos y exclusivamente en Reservas, que en cotos y a la “española” sabe dios los que se matarían). La época hábil de caza se establecía entre el 15 de abril y el 30 de junio y el precio por abatir un gallo era de 10.000 pesetas, 7000 pesetillas  si eras vecino y lo preparabas a la tolibiana. Unos pocos años después nos gastamos millones de euros en planes de recuperación. Bueno a alguna “alimaña” seguro que le viene como dios ese dinero,  al urogallo ya veremos.



A continuación, el listado de alimañas siguiendo el orden de la ficha estadística de la junta de extinción. Pondré en número rojo el total del número de ejemplares abatidos de cada especie, en el periódo de 1953 a 1961 más los de la junta de Santander desde 1944 a 1953.

 MAMIFEROS

En las juntas de extinción se compensaba de forma diferente, machos, hembras y crías. El total fue de 1.955 lobos abatidos. Me pregunto, ¿cuántos lobos quedaran hoy día en España?


 Lo mismo ocurría con los zorros, se especificaba por ejemplares machos, hembras y crías. Se cazaron 54.373.

Hembra amamantando a una cría y otro zorrezno  próximo a ella.

En el apartado de "comadrejas" no se especificaba si se trataba de un armiño o de una comadreja (supongo que daría igual, ya puestos).

Armiño en pelaje invernal.

Algo parecido ocurria con las garduñas o las martas. No había diferenciación en cuanto a la ficha estadística, de forma somera en la casilla sólo decía: "garduñas".

Garduña

Para los gatos montesés también fueron tiempos difíciles.



Las ginetas corrieron la misma suerte, como curiosidad os citaré de forma textual un párrafo de la REVISTA VIDA SILVESTRE,  del ICONA de junio de 1984, en un artículo sobre la jineta, la escritora concluye diciendo. "la jineta no está incluida actualmente entre las especies protegidas por nuestras leyes, pero probablemente necesitará a corto plazo una mayor atención por parte de las autoridades españolas".


Gineta mimetizada plenamente en el entorno, cuello estirado sobre el tronco y cola recogida.

 Los tejones tambíén estaban en el maldito grupo de alimañas.

Tejón atrapado en un pozo al olor de una carroña.


















El número de nutrias, visto lo visto, no fue tan aberrante como el del resto de especies, tal vez debido a la dificultad de colocar cepos o lazos. En cualquier caso:

Nutria en la orilla del río Curueño.

Y por último dos especies de las que no dispongo fotografías:
Turones: 4.499. La versión salvaje del hurón en muchas provincias como León ha sufrido un declive importante en los últimos años.
Linces: 152. Tal vez sea la mitad del número de ejemplares que sobreviven actualmente.

Total de mamiferos masacrados por las juntas de extinción: 73.002.

 AVES.

La mayor de las alimañas para cazadores y pastores: El águila real.

Dos ejemplares adultos se disputan una carroña.

En el apartado de los búhos, de la diversidad de especies que tenemos (real, chico, cárabo, mochuelo, autillo, lechuzas) no se especificaba nada. También resulta llamativo que en el total del listado sólo figurarán dos ejemplares, aunque se suponen que fueron muchos más los abatidos y los que se utilizaron como señuelos para abatir otras rapaces.

Mochuelo
Igual de sorprendente resulta la clasificación que se hacía para las rapaces, por un lado "águilas" y por otro "aguiluchos". A mi interpretacíon queda pensar que por águilas se referian a  una rapaz de tamaño medio-grande (calzada, culebrera, perdicera..) y por aguiluchos a las rapaces de menor tamaño (cernícalos, esmerejones..).
En cualquier caso y fuera como fuera, águilas (3.723), aguiluchos (1.234).

 Pollos de ratonero.
Juvenil de cernícalo vulgar.
Extrañamente, el milano si se diferenciaba del resto de águilas, pero tampoco había distinción especial entre el negro o el real (el total es de 11.105).

Milano negro

Si había distinción entre alcotanes y halcones. 4.219 alcotanes y 2.044 halcones fueron abatidos.
En cambio no se diferenciaba entre gavilanes y azores, tan solo había una casilla con la anotación: "gavilanes".

Azor
En el apartado de buitres tampoco habia distinción entre buitre leonado, negro, alimoche o quebrantahuesos.

Buitre leonado

En cambio entre los córvidos si se especificaba entre cuervos (47.739), chovas (pero tampoco había distinción entre piquirrojas o piquigualdas (2.278)) y supongo que el resto de córvidos quedaba bien cubierto en el apartado "grajos" ( ya fueran cornejas, grajillas, grajas..(13.118).


Concentracíon de chovas piquigualdas en invierno


Graja

Y la culpable de todos los males, más de 100.000 urracas abatidas y  más de 22.000 huevos expoliados.

Urracas en un dormidero


Por si esto no fuera suficiente quedaba todo bien cubierto con una apartado que decia: "otras especies".
Supongo que aquí valia todo, el caso es que de otras especies se abatieron 340.176 ejemlares.
Total de aves  abatidas: 553.464.

Y ya para acabar había un apartado de reptiles, tambíen alimañas por entonces. En tres casillas quedaba todo bien cubierto: "culebras (10.896), lagartos (17.563) y viboras (85).

Lagarto ocelado

Culebra bastarda


Total de reptiles: 28.544.


Todo lo que aquí hemos visto, sabemos que  fue un error, una barbaridad que no se puede volver repetir y que masacro especies, que hoy en día o no se han recuperado o que están condenadas a la extinción, pero actualmente es problable que estemos cometiendo graves errores. Dentro de 70 años que pensaran los que lean los planes de conservación de especies como el urogallo, ojalá no tengan que decir:-Cómo no se iban a extinguir con las barbaridades que hicieron, o volviendo al pasado, que creéis que pensaría un alimañero hace 40 años, si le intentamos convencer que en un cantadero puede convivir un pollo de urogallo con garduñas, ginetas, martas, jabalíes, zorros, lobos, azores, gavilanes, halcones, milanos, ratoneros etc..