Invierno 2019: Repunte de casos de sarna

 
 


Se acaba el invierno. Un invierno especialmente duro para la fauna, si bien otros años, es debido a las intensas nevadas, a la escasez de alimento o a los depredadores, en esta ocasión, se ha producido un repunte de sarna que ha afectado a zorros, ciervos y rebecos principalmente y que ha debilitado las poblaciones.
El contagio de unos animales a otros es imparable, sobre todo en los de comportamientos más sociales como rebecos y ciervos. En las zonas más soleadas y con mas recursos, se produce la mayor concentración de fauna  en esta época del año y la proximidad de los animales, hace que el contagio sea inevitable.
No se cuál es la solución, si es que la hay, pero es triste, ver como los animales enfermos mueren agotados, deshidratados, o en manos de depredadores sin oponer resistencia. Apenas hay rebecos que sobrepasen los 6 años de edad puesto que la exposición al ácaro de la sarna durante tantos años es muy elevada.
 
A pesar de todo, aún se pueden observar cabradas de 30 o 40 rebecos, hembras jóvenes con las crías del año pasado, que en apenas 2 meses, serán separadas del grupo, al llegar la época de la paridera. 

 
 

Hembras jóvenes con los chivos del año pasado



 

Cerca del grupo de rebecos, el único macho que había, estaba muerto. Las causas de la muerte son más que evidentes. A partir de aquí, muchas preguntas sin respuesta: ¿Cuántos meses llevaba enfermo hasta llegar a esa situación extrema? ¿Todos los rebecos del grupo ya están contagiados de sarna pero aun no es perceptible por su aspecto externo? ¿Se puede hacer algo para evitar este contagió masivo?.

Macho de 4 años.

La recogida de muestras de animales sarnosos y su posterior análisis ha determinado que el ácaro es el mismo tanto en ciervos cómo en rebecos. Se trata del ácaro Sarcoptes scabiei o arador de la sarna.

Ciervas alimentándose en una ladera soleada

Jovén vareto. .Des el punto de vista de la gestión cinegética los "varetos" o "primeras cabezas" en los que la cuerna sobrepase la longitud de la oreja son ejemplares con porvenir.


El ciervo y la corza compartían la misma zona de alimentación

Los ejemplares enfermos son fácilmente reconocibles, tanto por su aspecto externo como por su comportamiento, menos huidizo de lo habitual. El arador de la sarna produce un picor constante por lo que los animales se rascan y sacuden con mucha frecuencia

La urraca se posaba y picoteaba sobre la piel agrietada del ciervo sin que éste opusiera resistencia.

El contagio puede producirse de forma directa o bien porque los animales se tumban y se alimentan en zonas muy próximas. Cuando la enfermedad se encuentra en estado avanzado, como en estos casos, los síntomas externos son muy evidentes puesto que se produce un acartonamiento de la piel que se llena de costras y estrías y adquiere una coloración gris pálido. En ocasiones esa piel acartonada se rompe por lo que el animal sangra por las grietas y heridas que produce esa rotura.

 
Pero al margen de esto, la naturaleza sigue su curso y los superpredadores o carroñeros continúan su ciclo vital. Las águilas reales comienzan la reparación del nido para comenzar su ciclo anual de reproducción.

Águila reaaaaal  aportando nuevos materiales para la reparación del nido


Pareja sobre la atalaya donde se producirá la cópula.


El macho, a la derecha de la foto, es fácilmente reconocible por su cabeza "aleonada"

 
El lobo aprovecha el escándalo que producen urracas y cornejas para localizar la carroña

En este video del final se puede observar mejor la secuencia natural que sigue una carroña en el monte. El rebeco muerto de sarna, es encontrado por urracas y cornejas, posteriormente el águila real se hace participe de la presa muerta, hasta que es localizada por el lobo que decide llevársela a lo mas espeso del monte, sin que se vea expuesto a ningún peligro mientras se alimenta.