Roquero solitario (Monticola solitarius)

Es el segundo año consecutivo que veo una  pareja de roqueros solitarios en época de reproducción, si bien el año anterior no conseguí localizar el nido ni ver ninguno de los pollos por la zona, este año, un poco de fortuna y un seguimiento exhaustivo de la nidada, tal vez, deje de manifiesto que pudo ocurrir el año pasado.
 

Macho adulto

La tonalidad azul  de los machos les hace inconfundibles

En León apenas existen citas de reproducción en la cordillera , quedando relegada prácticamente  la zona de nidificación  a zonas del Bierzo asociadas a los enclaves rocosos del río Sil y sus afluentes. También hay citas de reproducción en las estribaciones de los Montes de León entre las comarcas de la Valduerna y de la Valdería.

El macho es inconfundible por su tono azulado, por el contrario, la hembra con predominio de colores pardos pasa mas desapercibida.

Hembra con un pequeño reptil para cebar a los pollos

Realizan una única  puesta anual incubada por la hembra durante dos semanas que varía de 4 a 6 huevos.
En la crianza de los polluelos participa también el macho durante 3 semanas aproximadamente. La alimentación de los pollos es a base de insectos y pequeños reptiles (aunque en ocasiones no tan pequeños para un pájaro de apenas 20 cm de longitud y unos 50 gramos de peso).

La dieta básica esta formada por insectos y reptiles de pequeño tamaño
 


El macho también se ocupa de alimentar a los pollos

La mayor parte de las horas de observación fueron durante la última semana de ceba con el objetivo de poder observar los pollos fuera del nido.
Y así fue, una mañana los roqueros no acudían a cebar al interior de la grieta donde tenían ubicado el nido sino que acudían a un avellano situado a escasos metros.
Los dos únicos pollos que habían sacado adelante este año estaban ya fuera del nido y las cebas se repetían a intervalos de apenas 25 minutos.
La primera sorpresa y que resulta realmente interesante, es que durante el tiempo que los pollos estuvieron en el interior de la cavidad que formaba el nido, únicamente los padres realizaron la tarea de alimentar a los pollos, mientras que cuando estaban fuera, otra hembra se ocupaba también de llevarles comida. Del mismo modo, creo, que también otro macho diferente realizaba cebas  a los pollos fuera del nido, y aunque no puedo asegurarlo al cien por cien, sería algo fascinante en la biología de esta especie.

Se trata de la hembra reproductora. Es importante fijarse en la forma redondeada y plumas sin desgaste de la cola.
La cola desflecada y la garganta más oscura dejan de manifiesto que se trata de otra hembra


Hembra que ayudaba en la alimentación.

Después de 4 horas, el más atrevido de los polluelos se aventura con el primer vuelo, seguido por su hermano de forma casi  inmediata.
Apenas duró la observación 5 minutos, mientras esperaba la ceba siguiente para poder documentarlo, un gavilán se lleva al inocente roquero delante de mi (en el video del final se puede ver el momento en el que se lo lleva entre las garras).
Los padres claman y  reclaman de forma alarmante pero ya es demasiado tarde.
A la mañana siguiente, en el mismo lugar, un cernícalo se alimenta del otro pollo.

El pequeño reptil está sujeto por el cuello


En ese momento y ante lo que había ocurrido delante de mí, sentí una profunda tristeza por el polluelo, pena por los padres y mucha rabia por lo que acaba de hacer el gavilán.

Pero más allá de todo eso que podemos considerar ley de vida o al menos ley natural, la reflexión que me ha ocupado todo este tiempo hasta escribir esta entrada es: ¿Los animales tienen sentimientos? No me refiero a si establecen vínculos afectivos o sociales con una pareja, si juegan, se pelean o se divierten, que por supuesto es evidente que sí.



Antes de continuar, debemos partir de una premisa básica, establecer la diferencia entre emociones y sentimientos.
Entre las emociones más primarias, podemos destacar, la tristeza, el enfado, el miedo o la alegría. Y creo que hasta aquí, todos estamos de acuerdo de que los animales tienen emociones.
Pero un sentimiento es el resultado no solo del factor emocional sino que requiere la suma de la autoconciencia del yo. Me explico mejor, una emoción como la tristeza si se alarga en el tiempo pasa a ser un sentimiento y se convierte en pena, pero para ello requiere ese factor cognitivo (consciencia y pensamiento) presente exclusivamente en los humanos.
Ejemplos de sentimientos son el amor, el rencor, la felicidad o la empatía.

Dos únicos pollos de la puesta anual


 En el lugar en el que fue atrapado por el gavilán.

¿Tienen los animales ese conjunto de sentimientos antropomórficos de amor, de odio, de pena, de tristeza, de perder a un ser querido y recordarlo todos los días de nuestra vida a pesar del tiempo transcurrido? ¿Sienten empatía por otros miembros de otras especies como he sentido yo por los padres roqueros? ¿Sentirían los roqueros lo mismo que puede sentir cualquier padre al perder un hijo?
Son preguntas sin respuesta. Si realmente los animales tienen sentimientos, por poner un ejemplo, ¿Cómo es posible que un oso sea capaz de matar a unos oseznos, tal vez sus propios hijos?, ¿No existe compasión en el reino animal?, ¿Cómo esa hembra es capaz de aparearse con el macho que mató a su crías?, ¿Tampoco hay lugar para el rencor?, o más aun, ¿Esa osa no siente empatía con la madre corza a la que de un zarpazo le arrebata la vida al corcino de unos pocos días?
¿Sus sentimientos son parecidos a los nuestros o únicamente sienten emociones y carecen de ellos?

Todos y cada uno de los que leéis esto ahora podéis tener mil razones para  justificar que los animales sienten como nosotros  por la experiencia vivida con un perro, un periquito o ese canario que dejó de cantar varios días o incluso se llego a morir " de pena" al perder la compañera, etc.., pero.... ¿Qué dice la ciencia?

"Hasta el momento, se ha demostrado que sólo unas pocas especies tienen sentimientos y  son capaces de sosegar a otros individuos cuando están nerviosos. Entre esas especies se encuentran los perros, los grandes simios, y recientemente un estudio ha demostrado que los elefantes asiáticos podrían consolar a otro individuo afligido acariciándole el rostro suavemente con su enorme trompa". (J. Ackerman)
En cambio, otros estudios por poner un ejemplo con los perros, interpretan que un perro cuando se juega la vida por su dueño lo hace por defensa, que es una emoción, no un sentimiento.

Pero volvamos a los pájaros, "¿Experimentan esas capacidades sociales tan valoradas por los hombres como la empatía o la pena?  Pues es un interrogante abierto. En el caso de aves, especialmente aquellas que destacan por su inteligencia como un cuervo o un loro es muy fácil caer en la trampa antropomórfica  de atribuirles emociones humanas sin que existan pruebas evidentes para ello. Y aunque no existe una opinión científica clara sobre si las aves sienten pena cada vez son más los científicos dispuestos a admitir esa posibilidad." (J. Ackerman)

Mi opinión al respecto es que no tienen sentimientos y que tendemos a humanizar el comportamiento de otras especies. Por seguir con el ejemplo de los roqueros, cuando veía a los padres cebar, los polluelos reclamaban con voracidad la comida. Al observar el comportamiento no sólo veía que los pollos tenían hambre sino que sentían angustia por el hambre que pasaban.  La idea de que eso les produce angustia es una interpretación mía, es lo que yo sentía, humanizaba el comportamiento ....

Espero haceros pensar en ello...